El borgoña es un cóctel chileno tradicional, hecho con vino tinto, frutillas picadas (también duraznos o chirimoyas) y azúcar. Debe servirse bien helado y con frutillas de la estación, por lo que su consumo se asocia a las Fiestas Patrias locales, el verano[3] y la Navidad.
En 2011, una nutricionista chilena calculó la cantidad de calorías aportadas por distintas bebidas alcóholicas tradicionales chilenas[4] y determinó que el borgoña —250 k/cal por vaso— es el quinto más calórico, siendo superado por el pihuelo (preparado con harina tostada y aguardiente), el pajarete, la chupilca y el colemono.
De nacimiento inextacto, se especula que su origen estaría ligado al del clery, trago de idéntica preparación pero con vino blanco, creado en Talca, ciudad chilena localizada en la Región del Maule.[1
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